Entendemos la participación como un proceso de cambio, donde la población participa en procesos abiertos de reflexión y construcción, en los que intervienen todos los actores sociales implicados en el proyecto (ciudadanía asociada y no asociada, personal técnico y responsables políticos), formando parte de la toma de decisiones. Implica procesos sistemáticos, estructurados y de aprendizaje mutuo, así como de toma de control progresivo de la población. En ellos, los técnicos del proyecto que cumplen el rol de facilitadores, involucran a los implicados para que, conjuntamente, descubran sus potencialidades y analicen las limitaciones a las que están sujetos para generar y poner en marcha acciones que incrementen su calidad de vida.

La entendemos como un proceso interactivo que lleva hacia un continuo reajuste de las relaciones y que reconoce el derecho a participar y a formar parte de las decisiones en conformidad con los recursos de los que se dispone. La participación es clave puesto que ayuda a:

• Construir sobre las capacidades existentes.
• Crear un sentimiento de pertenencia (“ser parte” y “sentirse parte”) en las personas involucradas.
• Aumentar el compromiso con los objetivos y resultados.
• Crear mejores relaciones.
• Garantizar la sostenibilidad social a largo plazo.

La participación es necesaria para construir la democracia. Por eso resulta fundamental para favorecer el control de las políticas públicas, transmitir las opiniones de la población, dar solución a los conflictos, favorecer los acuerdos y ejercer el derecho de formar parte en la toma de decisiones en los asuntos públicos que les afectan. Además, la participación fomenta un tipo de ciudadanía que tiene un mayor interés por informarse acerca de los asuntos políticos y por cooperar con las demás personas; más respetuosas con las que son diferentes, lo que refuerza los vínculos sociales entre los seres humanos y favorece la comprensión intercultural. Promueve un cambio de actitud, habilidades y destrezas, que permiten a los participantes desarrollar nuevas potencialidades. La participación posibilita la identificación de dificultades y ayuda a descubrir alternativas viables de solución para lograr el desarrollo deseado de forma consensuada.

Es indispensable que todas las partes implicadas en el proceso cuenten con el grado de información necesario para afrontar las tareas a desarrollar en condiciones óptimas.

Implica procesos de reflexión que suponen un aprendizaje colectivo que ayuda al grupo a comprenderse mejor en las situaciones de la vida cotidiana y a tener más elementos para la toma de decisiones, contribuyendo a la organización y construcción de un proyecto acorde a las necesidades conjuntas.
Se desarrollan y elaboran desde la diversidad de saberes y experiencias, desde las historias de vidas personales y colectivas y, sobre todo, desde los territorios y sus identidades. En ellos, el saber se considera como algo inacabado, vivo y dinámico, que se va desarrollando a través del diálogo y de la reflexión colectiva. El propio proceso va dando los resultados desde la práctica y con las aportaciones de todos y todas.
Son procesos lentos pero con resultados profundos, que han de pasar por la horizontalidad de las relaciones y el reconocimiento del otro y de la pluralidad de los diferentes aportes para la interpretación de la realidad.

Una da sentido a la otra y viceversa. La reflexión colectiva y el consenso han de ser el origen de todas las acciones a desarrollar en el proyecto. Las acciones deben producir posteriores reflexiones que ayuden a valorar y evaluar lo hecho y a determinar la forma de proseguir. Esto hace más largo el camino, pero la sensación de productividad que se adquiere tras la inversión de tales esfuerzos supone una estrategia clave en la maduración de las ideas y en la percepción del proyecto como “algo propio”.

Para dar sentido a la reflexión es necesario aplicar estrategias de recuperación, sistematización y devolución periódica de la información que genera el proyecto. Hay que presentar los resultados que se van generando para que se conozcan, se discutan y validen y poder seguir avanzando en el proceso de construcción.

• Facilita el entendimiento y la interpretación de la realidad a partir de diferentes percepciones de los participantes, que no son tan fáciles de entender con el lenguaje verbal.
• Permite aumentar la eficiencia del trabajo en grupo.
• Obliga a los participantes a ser claros y concisos.
• Es flexible y permite modificar, completar y remover hasta que se logre el consenso del grupo.
• Presenta un panorama instantáneo de la situación que se debate.

La facilitación es un apoyo por parte de unas personas imparciales que incrementa la efectividad de la toma de decisiones y la resolución de conflictos de un grupo.

• Aportan la metodología de trabajo y las herramientas para todos los temas propuestos.
• Facilitan la reflexión colectiva para que el grupo tome sus propias decisiones y se traduzcan en acciones de cambio.